VolverCómo elegir las mejores semillas de cannabis para climas fríos
05.12.2024
Cultivar cannabis en exterior puede resultar un auténtico desafío, especialmente en climas más fríos con temporadas de cultivo cortas. Elegir las variedades adecuadas puede mejorar significativamente las posibilidades de obtener una cosecha exitosa, incluso en regiones donde las temperaturas son bajas y las condiciones meteorológicas adversas. Pero debes tener en cuenta una serie de factores claves a la hora de seleccionar las mejores variedades de marihuana para este cometido.
Antes de empezar, respondamos a la gran pregunta: ¿se puede cultivar cannabis en climas fríos? La respuesta no es simple y depende de varios factores, como la temperatura mínima que haga, el entorno en el que estés, las precauciones que tomes, tus habilidades de cultivo, la elección de la genética y mucho más. Pero si juegas bien tus cartas, puedes cultivar cannabis en áreas de bajas temperaturas con facilidad. Es posible que no sea el entorno ideal para tu planta, ya que el cannabis adora los climas cálidos bendecidos con abundante sol. Y al igual que tú rindes mejor en un entorno adecuado para ti, las plantas de marihuana se comportan exactamente de la misma manera. Si el cannabis tiene que vivir de manera constante soportando bajas temperaturas, su desarrollo se irá ralentizando de manera gradual. Una vez que el termómetro baja de los 15 °C, el metabolismo irá disminuyendo poco a poco, los procesos enzimáticos y bioquímicos no se llevan a cabo, el vigor vegetativo también puede fallar y el sistema radicular tampoco se expande como debería, no siendo capaz de absorber tantos nutrientes como sería habitual. El resultado es una planta débil que crece lentamente y produce cosechas pobres. Además, las plantas de cannabis, en general, no toleran bien las heladas. Las temperaturas por debajo de los 0 °C pueden dañar severamente su estructura, especialmente las hojas y los tejidos más jóvenes, provocando necrosis (muerte celular) y reduciendo drásticamente su capacidad para crecer y florecer. Por eso, para obtener los mejores resultados, es recomendable cultivar cannabis en interiores durante los meses más fríos del año, especialmente en regiones con temperaturas gélidas. Pero en otras regiones más templadas, puedes arreglártelas con invernaderos, túneles protectores o mantillos aislantes. Incluso en las regiones escandinavas encontrarás cultivadores que cultivan cannabis autofloreciente al aire libre, incluso con las temperaturas más frías. Por tanto, debes averiguar qué método funciona mejor para ti. Y para lograrlo, debes empezar por elegir el mejor tipo de semilla para tu cometido.
¿Qué tipo de genética elegir para climas fríos?
Una opción evidente a la hora seleccionar genéticas resistentes ante las adversidades climáticas son las variedades autoflorecientes, como Auto Polar Gelato, Auto Tropicana Cookies o Amnesia Auto. Gracias a su herencia Ruderalis, que proviene de regiones como Siberia en las que el cannabis se adaptó al clima adverso y a diferentes duraciones del día y la noche, las automáticas son plantas más resistentes que no dependen del fotoperiodo, es decir, no esperan a que los días se acorten para empezar a florecer, por lo que puedes elegir los 2-3 meses más cálidos del año para su cultivo: puedes plantarlas a principios del verano y cosechar a principios de septiembre, antes de que haga demasiado frío y llueva, aprovechando así todo el poder del sol en los meses de mayor insolación. Las conocidas como variedades "Fast", “Early” o "Fast Flowering", con ejemplos como Early Top Skunk, Purple Punch Fast o Critical Poison Fast, también son una solución innovadora para cultivadores que buscan lidiar con las bajas temperaturas sin sacrificar la calidad de sus cosechas. Al cruzar plantas autoflorecientes con fotoperiódicas, se descubrió que las nuevas cepas seguían siendo fotoperiódicas, pero tenían un ciclo de floración más rápido, de 6 o 7 semanas, 1 o 2 semanas antes que sus contrapartes convencionales, lo que supone una gran ventaja para los cannabicultores en regiones con veranos cortos. También puedes optar por variedades feminizadas o regulares, las que la mayoría de los cultivadores prefieren porque producen una cosecha mayor. Existen variedades de excelente resistencia al frío y también con floraciones rápidas que reducen el riesgo de daños por heladas. Si desconoces el tiempo de cosecha en exterior, mira cuántas semanas tarda en florecer en interior: 7-8 semanas es una buena cifra, mientras que 9-10 o más significa que la variedad no es tan adecuada para climas adversos.
Otros factores que influyen en la elección de semillas para climas fríos
Genética y adaptación
Elige siempre un linaje genético que incluya cepas que evolucionaron en climas más duros, lo que las hace menos susceptibles al estrés causado por el frío. Por ejemplo, Hindu Kush es originaria de la región montañosa entre Pakistán y Afganistán, una zona conocida por su clima riguroso. También algunas cepas se desarrollaron específicamente para las regiones montañosas o septentrionales, como Nepal Gold o las genéticas escandinavas, y están mejor adaptadas para soportar bajas temperaturas. Por tanto, son excelentes para tolerar el viento o las fuertes caídas térmicas durante la noche.
Resistencia a enfermedades y hongos
El frío, combinado con la humedad frecuente, puede aumentar el riesgo de enfermedades como el moho, la botrytis (podredumbre gris) y el oídio. Es crucial elegir variedades que tengan resistencia natural a estas enfermedades, como pueden ser Critical + 2.0 o Auto Fat Blueberry. También ayuda elegir variedades con cogollos aireados y bien espaciados, que pueden mantenerte a salvo de estos molestos invitados en condiciones de alta humedad.
Dominancia índica
La estructura compacta y robusta de las variedades índicas es una de sus principales ventajas en climas fríos. Estas plantas tienden a crecer más bajas y con ramas densamente pobladas, lo que ayuda a protegerlas de los vientos que podrían dañar variedades más esbeltas. Y su follaje denso no solo contribuye a su apariencia frondosa, sino que también actúa como una capa de aislamiento térmico natural.
Gran producción de resina
Las genéticas que producen cogollos densos y resinosos no solo contribuyen a su potencia, sino que también ofrecen cierta protección contra el frío y la humedad. Los tricomas del cannabis existen para proteger a la planta de riesgos ambientales como el frío, las plagas o los fuertes rayos ultravioleta. Por lo tanto, puedes aprovechar las bajas temperaturas para aumentar la producción de resina como reacción de la planta al estrés. Como resultado, tu cosecha puede ser de mucha mayor calidad, más sabrosa y más potente.
Estabilidad genética
Si cultivas cannabis en un entorno ideal, como un cuarto de cultivo controlado, el fenotipo de la cepa se expresará adecuadamente. Pero si no dispones de una genética estabilizada, la cosa cambia. Por ejemplo, genéticas como Northern Lights, White Widow o Afghan Skunk son conocidas especialmente por su increíble rendimiento incluso en temperaturas frías. Provienen de una línea de genética robusta que ha sido criada y refinada durante mucho tiempo, lo que ayuda a garantizar una calidad constante.
Variedades Purple
Otra buena razón de cultivar marihuana en climas fríos es que puedes presenciar los vibrantes colores de las variedades púrpura o azules, como Purple Kush o Gelato #33, que acentúan un tono más profundo debido al frío. La exposición a bajas temperaturas puede inducir estrés oxidativo en las plantas, lo que lleva a un aumento en la expresión de genes asociados con la síntesis de antocianinas. Esta regulación positiva da como resultado una mayor acumulación de estos pigmentos que, a su vez, funcionan de manera similar a un anticongelante para salvaguardar la integridad celular, provocando además que la coloración se intensifique con magníficos tonos en las últimas semanas de floración.
Como puedes observar, cultivar cannabis en climas fríos no solo es posible, sino que también puede ser gratificante y hasta visualmente deslumbrante, siempre que elijas las semillas adecuadas y adoptes las prácticas de cultivo correctas. Prioriza genéticas estables y resistentes, de ciclo de floración rápido y adaptadas al frío; y utiliza ayudas como invernaderos, cubiertas térmicas o mulching para optimizar las condiciones de cultivo. Con estas estrategias, maximizarás tus posibilidades de cosechar cogollos de calidad incluso en las condiciones más desafiantes. ¡Buena suerte en tu próximo cultivo y abríguense ahí fuera!