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VolverLos errores más comunes al comenzar un cultivo de cannabis en exterior

05.03.2025

Los errores más comunes al comenzar un cultivo de cannabis en exterior
Los errores más comunes al comenzar un cultivo de cannabis en exterior
Empezar un cultivo de cannabis en exterior es una experiencia emocionante, pero muchos cultivadores principiantes suelen cometer errores básicos en su planificación, que pueden afectar a la salud y el rendimiento de las plantas en el futuro. La mayoría de estos problemas pueden evitarse con un poco información adecuada, así que repasemos los fallos más comunes, junto con algunos consejos prácticos, que permitirán salir victorioso llegado el momento.
 

1. Elegir mal la ubicación del cultivo

Uno de los errores más frecuentes es elegir un mal lugar donde plantar, ya sea con poca luz solar directa, expuesto a elementos adversos o demasiado visible para vecinos e intrusos. La falta de sol reducirá el crecimiento del cannabis, que presentará “espigamiento” (tallos largos y delgados buscando la luz) y la producción final de cogollos se reducirá notablemente​; mientras que una exposición excesiva al viento puede quebrar ramas y secar el sustrato rápidamente. Además, la seguridad es un factor clave, ya que un cultivo visible está expuesto a robos y denuncias. 
 
  • Solución: lo ideal es escoger un lugar orientado al sur que reciba al menos 6-8 horas de luz solar directa al día​. Busca un sitio discreto y protegido: por ejemplo, cerca de un muro o seto que sirva de cortavientos, pero que no proyecte sombra excesiva. La accesibilidad también cuenta: un lugar cercano a una fuente de agua facilitará el riego, y un espacio donde puedas trabajar cómodamente te ayudará a atender las plantas con regularidad. 
 

2. Usar un sustrato inadecuado

Ahorrar en la tierra es uno de los errores más graves. Muchos principiantes recurren a la tierra de jardín sin preparación o a sustratos baratos de baja calidad, demasiado compacto (arcilloso) o con plagas latentes (por ejemplo, tierra de compost casero con larvas), lo que obligará a las raíces a luchar para crecer y alimentarse. Además, un sustrato pobre en materia orgánica puede no proporcionar los nutrientes esenciales para el crecimiento. 
 
  • Solución: invierte en un buen sustrato para marihuana desde el principio, ligero y aireado, con buen contenido en nutrientes orgánicos, que debe tener una estructura suelta y contener perlita, fibra de coco u otros aireantes que aseguren un drenaje adecuado​​. Agregar humus de lombriz o compost ayudará a enriquecer la tierra con microorganismos beneficiosos, mejorando la estructura y fertilidad del suelo.

 

 

3. No decidir bien entre suelo o maceta

Esta decisión está unida a la anterior y puede ser determinante. Plantar en tierra permite que las raíces crezcan sin restricciones, lo que resulta en plantas más grandes. Pero no se puede trasladar la planta en caso de condiciones climáticas adversas, como ocurre con las macetas. Las macetas requieren un riego más frecuente, ya que el sustrato se seca más rápido. Y luego está su tamaño. ¿Cuál elegimos?
 
  • Solución: si el suelo del jardín es adecuado, plantar directamente allí puede ser beneficioso. Prepara el terreno con antelación: cava y airea la tierra, mezcla enmiendas orgánicas (humus de lombriz, compost maduro, guano) y materiales de drenaje (arena, perlita) según la necesidad. Si necesitas movilidad o el suelo es pobre, opta por macetas. Comienza con macetas pequeñas para plántulas (0,5-1 L) durante las primeras semanas y ve trasplantando a macetas mayores conforme la planta crece: (5-10 L) en vegetativo, y finalmente una maceta grande (15-20+ L) para la fase de floración.
 
 

4. Realizar la germinación en exterior

Suele ocurrir que el cultivador novel planta la semilla directamente en la tierra del jardín o maceta definitiva y la deja a la intemperie de inmediato, sin garantizar una temperatura adecuada o sin proteger las plántulas de factores externos, exponiéndola a estrés por frío, vientos fuertes, sol intenso directo que las deshidrate, o directamente a que pájaros e insectos se las coman. 
 
  • Solución: lo ideal es comenzar la germinación en un entorno controlado. Puedes germinar en casa y dejar que las plantas crezcan una o dos semanas bajo luz suave (un tubo fluorescente, LED sencillo, o simplemente cerca de una ventana soleada)​. Cuando ya tengas plántulas de 1-2 semanas y quieras pasarlas al exterior, hazlo de forma gradual: sácalas solo un par de horas al principio, protégelas del viento fuerte y no las dejes a la intemperie total de inmediato. Cada día, ve aumentando el tiempo que pasan afuera y la intensidad de luz solar que reciben. 
 

5. Regar en exceso o en defecto

El exceso de riego es quizá el error número uno entre cultivadores novatos​. Por temor a que “les falte agua”, muchos riegan todos los días o mantienen el suelo siempre húmedo, lo que puede provocar la asfixia radicular y el desarrollo de hongos, mientras que la falta de riego produce marchitez y ralentiza el crecimiento. Se suele decir que es peor regar de más que regar de menos, ya que una planta ligeramente seca puede recuperarse, pero una planta con raíces podridas difícilmente sobreviva​. 
 
  • Solución: No riegues “por rutina”, riega por necesidad, revisando la humedad del sustrato antes de cada riego y ajustando la frecuencia según el clima. Riega solo cuando el sustrato esté seco a unos 3-5 cm de profundidad. En verano, puede ser necesario regar a diario, pero en climas más fríos o húmedos, el riego debe ser menos frecuente. ​
 
 

6. Fallar en la exposición a la luz solar y al fotoperiodo

Las plantas fotoperiódicas dependen de las horas de luz y oscuridad para florecer correctamente. Si se colocan en el exterior demasiado pronto, cuando los días aún son cortos, pueden entrar en floración prematura y luego revertir a crecimiento vegetativo (revegetar). Este proceso de “floración-revegetación-nueva floración” es muy estresante para la planta, consume energía y puede dar lugar a hermafroditismo o simplemente a pérdidas en la producción. ​Por otro lado, la exposición a luces artificiales nocturnas puede interrumpir el fotoperiodo: una bombilla de balcón encendida varias horas en la noche puede hacer que la planta no florezca en verano como debería.
 
  • Solución: en zonas con días cortos al inicio de la primavera, es recomendable germinar en interiores y esperar hasta mediados de la estación para sacar las plantas al exterior o cuando los días superen las 14 horas de luz natural. Si por alguna razón necesitas empezar muy temprano (fin de invierno), considera mantener las plantas en interior con luz suplementaria hasta que la duración del día aumente, o bien optar por variedades autoflorecientes.
 

7. No seleccionar la variedad según el clima y los tiempos de cultivo

Es importante seleccionar genéticas adaptadas a las condiciones del entorno, priorizando variedades resistentes si se vive en zonas húmedas. Además, calcular bien los tiempos del cultivo es crucial. Si se siembra demasiado tarde, las plantas no tendrán tiempo para desarrollarse antes de la floración, mientras que si se comienza demasiado temprano, se podría enfrentar a problemas con heladas o floración prematura.
 
  • Solución: investiga sobre las variedades más adecuadas para tu zona. Las variedades fotodependientes deben plantarse a mediados de primavera para que crezcan lo suficiente antes de la floración. Las autoflorecientes pueden sembrarse en varias tandas a lo largo del verano.
 

8. Otros errores comunes a evitar

Además, existen otros errores frecuentes que conviene interiorizar para no caer en ellos:
 
  • El cultivador es también meteorólogo: tener previsión del clima es un punto a favor siempre​. Anticípate a los imponderables y usa tutores o mallas para proteger las ramas del viento, cubre las plantas con plástico o lonas en caso de lluvias fuertes y mueve las macetas a la sombra durante olas de calor extremas. 
  • Pero no marees las plantas cambiándolas de lugar sin necesidad: un poco de movimiento controlado está bien (por ejemplo, rotarlas para captar el sol uniforme), pero si cambias drásticamente de entorno a la planta con frecuencia, puede estresarse. Las plantas aprecian cierta estabilidad en su microclima.
  • Debes llevar un registro y aprender de errores pasados: anota cuándo germinaste, cuándo abonaste y cuándo apareció tal problema y cómo lo solucionaste. Incluso los errores son valiosas lecciones: cada cultivo te hará mejor cannabicultor si reflexionas sobre lo sucedido.
  • No esperes milagros sin esfuerzo: por último, un error común es pensar que la planta crecerá sola sin atenciones, lo que suele acabar mal. Un cultivo exitoso implica dedicarle un rato cada uno o dos días​, aunque sea para observar. 
 
Y tatúate esta máxima en el brazo: la constancia siempre vence a la negligencia. Cultivar cannabis en exterior es un aprendizaje continuo, pero con práctica y atención a los detalles, cada temporada será mejor que la anterior.