VolverLa última tecnología en el cultivo de marihuana
06.11.2024
La industria del cannabis está experimentando una apasionante evolución a medida que las innovaciones tecnológicas transforman el sector, con cultivadores que recurren cada vez más a soluciones avanzadas para mejorar la eficiencia, el rendimiento y la calidad de sus cosechas. Los actores clave de esta transformación son la automatización y la inteligencia artificial (IA); pero no son los únicos protagonistas. ¡Exploremos las innovaciones que están destinadas a revolucionar el mundo del cultivo de marihuana!
La agricultura siempre ha sido un campo intensamente tecnológico que ha impulsado la innovación desde la Revolución Neolítica hace más de 10.000 años. Y de igual forma, el mundo del cultivo de cannabis está ahora al borde de una profunda metamorfosis, impulsada por el control del aprendizaje automático, que redefinirá nuestra comprensión de la agricultura, la genética e, incluso, de la naturaleza misma. En el centro de esta revolución se encuentra sin duda la inteligencia artificial (IA), que actúa como un perspicaz centinela que supervisa cada etapa de la producción, donde los algoritmos analizarán y optimizarán todos los aspectos del cultivo, desde la semilla hasta la venta, convirtiendo los datos en una poderosa herramienta para refinar los procesos, predecir tendencias e impulsar la rentabilidad. Pero también los cambios regulatorios, como los que se han producido en EEUU o Alemania, están creando el entorno para una mayor innovación, abriendo las compuertas para las inversiones tecnológicas, la experimentación y la adopción de nuevas y avanzadas prácticas de cultivo y poscosecha. Analicemos cuáles son los avances que elevarán la planta a nuevos niveles de sofisticación.
Agricultura de precisión: el futuro del cultivo pasa por sensores IoT
La denominada agricultura de precisión optimiza las condiciones ambientales como la luz, la humedad o la temperatura en tiempo real, gracias a sensores inteligentes (cada día más asequibles y versátiles) que monitorizan y ajustan constantemente estas condiciones, para garantizar que cada planta reciba exactamente lo que necesita en cada momento. ¿El resultado? Mayores rendimientos, mejor calidad y productos más consistentes, todo ello logrado con una mínima intervención humana. Los sistemas de cultivo automatizados son otra tendencia clave, como las instalaciones de cultivo vertical basadas en hidroponía o aeroponía, que maximizan el uso del espacio al apilar las plantas en múltiples capas. Y pueden brindar beneficios aún mayores cuando se combina con sistemas LED de última generación y la robótica, que ya se está haciendo cargo de las tareas peligrosas, aburridas y repetitivas del cultivo (por ejemplo, la cosecha), lo que está reduciendo la necesidad de mano de obra y aumentando la eficiencia.
Imágenes hiperespectrales y escaneo 3D para controlar la salud del cannabis
Los sistemas impulsados por IA también pueden detectar cambios sutiles en la salud de las plantas antes de que sean visibles para el ojo humano. Al emplear el reconocimiento de imágenes hiperespectrales en distintas longitudes de onda, que permiten analizar el cannabis incluso a nivel molecular, y el escaneo 3D para monitorizar el crecimiento estructural de las plantas, se pueden proporcionar modelos precisos en tiempo real que mediante el análisis predictivo permiten identificar signos de estrés, deficiencias de nutrientes o enfermedades. Los algoritmos de aprendizaje automático también pueden analizar datos climáticos históricos para predecir la probabilidad de infestaciones de plagas o enfermedades fúngicas. Incluso los drones equipados con sensores avanzados pueden vigilar desde arriba, brindando datos en tiempo real. La detección temprana permite a los productores tomar medidas correctivas rápidamente, evitando daños generalizados en los cultivos y asegurando plantas saludables con niveles más altos de cannabinoides.
Integración de la nanotecnología aplicada al riego
También los sistemas de riego por goteo inteligentes suministran agua y nutrientes directamente a las raíces con precisión, en función de los niveles de humedad del suelo y las condiciones climáticas en tiempo real, ayudando a reducir el uso de agua, evitando la escorrentía y manteniendo las plantas saludables y florecientes. El uso de nanoburbujas además mejora notablemente la capacidad de las raíces para absorber oxígeno, lo que resulta en plantas más sanas, fuertes y resistentes. Los nanofertilizantes, por ejemplo, liberan nutrientes de manera controlada, lo que optimiza la absorción y minimiza la contaminación del suelo. Por otro lado, las nanopartículas de plata y cobre, o las nanocápsulas poliméricas que liberan de forma controlada pesticidas, tienen aplicaciones muy específicas en el control de plagas y enfermedades, lo que puede llevar al cultivo de cannabis hacia prácticas más sostenibles y de alto rendimiento en el futuro.
Biorreactores y pasteurización criogénica: redefiniendo la producción de cannabis
Uno de los avances tecnológicos más intrigantes es la tecnología de biorreactores, que permite la producción de cannabinoides sin cultivar plantas de Cannabis sativa. Mediante el uso de levadura modificada genéticamente, los biorreactores pueden sintetizar cannabinoides a gran escala, lo que podría revolucionar la producción de marihuana al ofrecer una alternativa escalable y menos regulada al cultivo tradicional, lo que permitiría reducir significativamente el impacto ambiental, bajar los costes de producción y hacer que el cannabis sea más accesible. La innovadora tecnología de pasteurización criogénica también aborda uno de los problemas más urgentes de la industria: la contaminación microbiana, algo que en un mercado valorado en miles de millones de euros, es esencial para mantener la calidad del producto y al mismo tiempo gestionar complejos obstáculos regulatorios. Esta técnica combina el vapor criogénico mediante nitrógeno líquido con un proceso de desinfección que lleva el producto a temperaturas muy bajas en un corto período, lo cual ayuda a destruir patógenos mientras conserva los compuestos activos del cannabis (como cannabinoides y terpenos), preservando tanto su potencia como su perfil aromático.
Fenotipado de alto rendimiento, la nueva frontera de la genética
No puede haber una evolución en cultivo sin una buena genética que la respalde. Si bien las semillas y los esquejes han sido los pilares de las variedades de cannabis durante mucho tiempo, el cultivo de tejidos se destaca como el futuro para poder conservar las características deseadas de cada cepa, protegiendo contra patógenos y manteniendo un banco genético más fiable y accesible. Se trata de una técnica de propagación que implica el cultivo y mantenimiento de células, tejidos u órganos vegetales en condiciones asépticas en un medio de cultivo nutritivo, normalmente en placas de Petri. Este método permite el almacenamiento de una gran cantidad de plántulas o genes de forma indefinida, todo ello en un espacio mínimo; y también “limpiar” la genética propagando solo las células necesarias, dejando atrás los patógenos no deseados como el viroide latente del lúpulo (HLVd), uno de los jinetes del apocalipsis del cannabis en la actualidad. Pero si al cultivo de tejidos se unen las tecnologías de edición y mejoramiento genético, obtenemos un control sin precedentes sobre la composición genética de una planta. Una de las herramientas más poderosas es CRISPR-Cas9, una tijera molecular que actúa como un sistema de edición de genes versátil y preciso que permite a los científicos modificar genes específicos con una precisión milimétrica, para obtener características deseables con más rapidez que nunca. Las posibilidades futuras de la edición genética en el cultivo de cannabis son verdaderamente apasionantes, ya que con el potencial de crear cepas únicas y especializadas, los criadores pueden explorar nuevas combinaciones de cannabinoides y terpenos, ofreciendo a los consumidores una gama aún más amplia de experiencias con el cannabis, lo que permitirá llevar a esta planta hasta cotas de evolución nunca antes vistas.